Desde los albores de la humanidad los seres humanos han experimentado momentos de especial lucidez y agudeza de sus facultades de prever el futuro, a veces en forma considerada sobrenatural. Los demás hombres han reverenciado a las personas dotadas de tales poderes, y las han relacionado con poderes de la divinidad que adoran. En la Biblia, profeta es aquel que habla por Jehová y como intérprete de Jehová, aunque en ocasiones es la misma divinidad la que habla directamente o a través de alguno de los espíritus que utiliza como intermediarios, llamados "angeles" (del griego "mensajeros"). Para los musulmanes. Jesucristo es un profeta y también Mahoma. Para ser profeta no se requiere ninguna disposición especial, ni ciencia ni saber alguno, puesto que Dios se la da al que elige. Eliseo era campesino y Amós boyero. Los profetas se dividen en mayores y menores. Pertenecen al primer grupo: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; y al segundo, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Miqueas, Jonás, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías. Otras sectas cristianas agregan numerosos profetas no mencionados en las versiones de la Biblia que han llegado hasta nosotros luego de sucesivas expurgaciones realizadas por los sacerdotes católicos y protestantes. De hecho, la versión protestante de la Biblia hizo exacción del Libro de Daniel. Otros cristianos, como los Mormones, han incorporado profetas nuevos a la serie oficial. En las tradiciones indoeuropeas, la mayoría de las personas dotadas del don de la profecía eran mujeres, aunque hubo numerosos profetas varones de gran prestigio.